domingo, 25 de noviembre de 2012

Hubo un tiempo...

Hubo un tiempo......en que miraba el cielo desde la ventana de una habitación situada frente al mar. Me gustaba imaginar que el azul del cielo se desteñía en el inquieto reflejo del mar, mientras éste iba y venía intranquilo queriendo mantener su inacabable viaje. A ratos, sin embargo, el mar estaba en calma, callado y ausente, sabiéndose testigo de cuanto sucedía en una tierra que desde mi ventana no conseguía yo ver.

Hubo un tiempo......en que amontonaba papeles escritos en una vieja mesa de madera heredada de un recuerdo melancólico. Cada palabra nacía sola para tatuarse a fuego en el papel con un irrepetible deseo de abrazarse a otras palabras y hacerse ilusión, lejos de allí, en los multicolores ojos que las leyeran. A ratos, sin embargo, las letras se volvían torpes, silenciosas y lejanas, sabiéndose rutina de una vida que desde mi ventana no lograba yo reconocer.

Hubo un tiempo......en que me bastaba cerrar los ojos para construír un sueño en que volar. Y paseaba por los invisibles renglones de un libro no escrito que hablaba de mí en primera persona y en el que cada nuevo párrafo era un camino que entrelazaba con el anterior hasta fundirse en uno nuevo llamado futuro. A ratos, sin embargo, aquel libro se cerraba sólo, tajante y mudo, sabiéndose dueño del sabor incompleto y amargo que de mi garganta no podía yo quitar.

Y es que en realidad.....

Hubo un tiempo......un ramillete de momentos..... que un día florecieron, haciéndose nuevo tiempo para esculpir ante mis ojos un puñado de nuevos instantes......con los que yo podría jugar a engañar al tiempo.