Y una
mañana despierta y trae consigo ese día que es igual para todos y, a la vez, distinto para
cada uno de nosotros. Y yo comienzo a darle forma con esa cadencia silenciosa y
mimética con que las personas solemos escribir nuestra vida; pero el día ya me avisa de que
va a ser distinto; aunque yo aún no lo sepa, aunque yo aún no lo sienta.
Y como si de un guión ya escrito se
tratase, comienzan a fluir en mí las palabras y los silencios, los ratos de
compañía y los tiempos de soledad. Y ambos, las palabras y los silencios, las
compañías y las soledades, van dando significado a cada minuto vivido. Y éstos..... a las horas. Y las horas........ a un día que sabe a la monotonía de
los días iguales. Pero el día, a mis espaldas, ya va adornando sus tiempos con
la mejor de sus galas; aunque yo aún no lo sepa, aunque yo aún no lo sienta.
Y en
medio de la vorágine siempre despierta de la realidad, salen a pasear también mis
sueños, esos que se me escapan colándose entre alguna sonrisa, viajando en
alguna lágrima o, como suelen hacer casi siempre, hablándole a mi imaginación
en medio de las palabras calladas de un pensamiento. Y yo les escucho y sonrío
con ellos cada vez que me arrancan de los labios un tal vez,....sí, un tal vez.
Y cuando
quiere caer la tarde, dispuesta a llevarse consigo el día y los retales de vida
en él zurcidos, me encuentro frente a mí con unos labios que no son ningún sueño a más de
haberlos soñado mil veces. Y yo entonces hablo o guardo silencio, pero mis palabras y
mis silencios se olvidan de todo y vuelven de nuevo hacia mí y me gritan:
“Bésalos.....bésalos, no tengas miedo”.
Y entonces me doy cuenta que mis palabras ya suenan distintas, a pesar de que puedan ser las mismas palabras usadas en la mañana o al comienzo de la tarde. Y mientras pienso en esa eternidad tan frágil que apenas dura un instante y que es robar un beso de otros labios, entiendo que a veces nuestras palabras también mueren por alguien...........o mueren por el deseo de un beso que, tal vez, se puede hacer realidad a más de haberlo soñado tanto. Y así el día abandona su monotonía, para vestirse el manto de los días únicos, de los días especiales que se saben y se sienten.
Y entonces me doy cuenta que mis palabras ya suenan distintas, a pesar de que puedan ser las mismas palabras usadas en la mañana o al comienzo de la tarde. Y mientras pienso en esa eternidad tan frágil que apenas dura un instante y que es robar un beso de otros labios, entiendo que a veces nuestras palabras también mueren por alguien...........o mueren por el deseo de un beso que, tal vez, se puede hacer realidad a más de haberlo soñado tanto. Y así el día abandona su monotonía, para vestirse el manto de los días únicos, de los días especiales que se saben y se sienten.
Si, un tal vez... Me gusta como escribes, tienes el don de hacer magia con las letras. Un saludo grande de Tosalnueve.
ResponderEliminarA veces basta dejarse llevar por esas letras que nacen solas para encontrarse con las palabras que quieren viajar desde nuestra imaginación. Gracias!!
EliminarOjalá cuando nos toque hacer recuento, los "días únicos" sumen una buena cantidad. Maravilloso, como siempre.
ResponderEliminarLos "días únicos" son los que nos hacen sonreír desde el alma. Y seguro que la baraja con que juega ese compañero llamado destino aún nos reserva más de uno de estos días. Gracias como siempre por pasearte por aquí y......mil besos!!
EliminarEl tiempo siempre suma y los buenos ratitos, aún más. Gracias por este relato. Bsts.
ResponderEliminarY es la suma de esos instantes...los vividos, los soñados y también, por qué no, los olvidados los que hablan de cuanto somos y lo que sentimos. Gracias por estar aquí. Besos!!
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